Bosques de bambú, belleza y paz de espíritu
22/04/2012
Visto en: Kiyoshi Japan
En Japón pueden contemplarse varias de estas maravillas de la naturaleza
En Japón, los bosques de bambú adquieren una belleza sin rival. Puedes encontrar varios a lo largo de todo el país. El bambú es un material natural y de una singular belleza, ofreciendo colores y sensaciones encantadoras.
El famoso bosque de Bambú en el Houkokuji (Take Bayashi) está localizado en la ciudad japonesa de Kamakura y es uno de los principales atractivos turísticos del país. Un paseo por dicho bosque es algo que recordarás toda la vida.
En uno de los distritos de Kyoto, en Arashimaya, el espectáculo visual y sonoro llega a ser impactante. En este lado de la ciudad, los enormes tallos de los bambúes conforman todo un bosque casi sagrado para los nipones. Cuando sopla el viento, las ráfagas de aire se cuelan entre cada una de estas plantas de la familia de las gramíneas.
Los tallos huecos recogen el sonido del viento y como si de una representación musical se tratase, atrae cada día a miles de visitantes que asisten a casi una sinfonía de la naturaleza. El bosque de bambú acompaña al paseante hasta el templo zen de Tenryu-ji, uno de los máximos exponentes del espíritu sintoísta de la ciudad que rivaliza, aún hoy, con Tokyo, a nivel espiritual.
La combinación de credos marcadamente relacionados con el budismo imprimió a estos lares de un profundo carácter religioso que, particularmente queda plasmado en sus jardines. Húmedos y secos, representan el paraíso para cualquier nipón. Es por eso, por lo que el ritmo de las estaciones se combina de forma magistral.
Cada época del año tiene un especial dramatismo. En otoño, por ejemplo, el bosque de bambúes que rodea al santuario, se tiñe de un color ocre extraordinario. Para cualquier habitante de esta ciudad, el jardín es imprescindible. Cada casita posee su correspondiente ‘parterre’, tanta es la vinculación entre la verde naturaleza y el espíritu.
Por eso, templos como Tenryu-ji, Entsuu o Fushimi-Inari Taisha, el más conocido de todo Japón, en una colina al Sur de Kyoto, concentran la espiritualidad del imperio del sol naciente.